En este post, terminaremos con las variantes de la
“muíñeira” para ir dando paso a otros bailes, no menos bonitos, que también
forman parte de nuestra cultura.
Contrapaso:
si el grupo de bailadores era muy grande, se escogían dos guías y se bailaba en dos grupos, como si fuesen dos
muiñeiras paralelas. En ocasiones un grupo estaba sólo Formado por mujeres y el
otro por hombres.
Muiñeira dos
vellos: Como era costumbre, las personas de más edad se encargaban de
vigilar a los jóvenes en las fiestas y romerías. Al ir finalizando la jornada
festiva, las personas mayores se iban animando para bailar y recordar viejos
tiempos, era su momento del día.
Regueifa:
se trata de una forma diferente de bailar la muiñeira. Es una muiñeira lenta, que
se suele bailar en ocasiones especiales. Una de las muchachas, llevaba una
bolla de pan en la cabeza, al finalizar el baile se repartía entre los
invitados, era señal de mala suerte que no te tocase un trozo.
Fuente: Albán Laxe, Calixto. O saber do Pobo. Vigo: Xerais, 2003.
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